Fascitis plantar
Se trata de una zona de la fascia plantar que ha aumentado el grosor debido a las tensiones repetidas que está sufriendo debido a diferentes causas. Lo primero que debe hacerse es constatar que no se trata de otro problema diferente como una fractura por estrés del calcáneo, lesiones ocupantes de espacio, o compresiones nerviosas a nivel del túnel tarsiano con el cual a veces coexiste la fascitis plantar. Seguidamente debe investigarse la causa que ha llevado a tal engrosamiento para poder solucionar el origen del problema. En resumen, no se trata de una inflamación puntual como su nombre puede indicar, sino una respuesta de la propia fascia sometida a tracciones repetitivas cuya causa debe ser abordada para evitar que el problema perdure más de 6 meses, pues en este caso la solución se torna más difícil.
Las causas son múltiples y deben ser abordadas, pues de lo contrario el dolor volverá. Cuando se trata de una fasciopatía propiamente dicha, suele existir un acortamiento de los gemelos. El control del peso, del calzado, el exceso de pronación… son factores modificables que ayudan a la erradicación completa del problema.
Suele haber un dolor en la zona del talón que aparece principalmente en el “arranque en frío”, al levantarse de la cama en la mañana o tras el descanso sentado. Cuando este dolor cambia y se hace constante y quemante, puede verse afectado también el nervio plantar lateral.
En una sola consulta puede establecerse una impresión diagnóstica mediante la exploración física y en la mayoría de las veces el uso de la ecografía permite observar las estructuras de la planta del pie. En otros casos se precisa una RNM del pie para descartar otras posibilidades menos frecuentes pero de tratamiento diferente.
Sólo una vez se tiene el diagnóstico acertado y las causas que han originado el cambio de grosor o rotura de la fascia, puede obtenerse con garantías los resultados. El alargamiento del sistema aquileo-calcáneo-plantar, el control de la pronación con ortesis, la fisioterapia avanzada y en última instancia la infiltración con plasma suelen tener una efectividad superior al 80%. En casos aislados con causas muy concretas es preciso la intervención quirúrgica.
Traumatólogo especialista en tobillo y pie
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